sábado, 20 de julio de 2013

Parece que los 20 de julio tienen un significado especial en mi vida.
Desde hace 5 años es el día más triste más triste de mi vida y hoy es el comienzo de una nueva etapa.
Hay muchas personas que no pueden o les cuesta mucho adaptarse a los cambios, pero yo desde que tengo memoria, siempre anduve cambiando. Lugares, personas, trabajos, amigos.
Hay solo pocos lugares que a esta altura considero propios.
Uno fue el de mi infancia, una Federación que desapareció bajo las aguas pero con tantos recuerdos que sobrenavegan la nostalgia.
Otro, la casa de mis abuelos, de mi abuela de donde empecé a viajar a los 18 años. Despúes de estudiar, 4 años en cada lugar, con valijas siempre armadas y esa sensación de no estar en ningún lado.
Terminar un periodo de trabajo, era buscar cajas, meter lo poco que se conserva y despues, de a poco, abrirlas en un nuevo lugar, tirando lo que ya no sirve, en especial papeles que uno siempre se pregunta de qué sirven.
Hoy, la vida dió un giro redondo, y volví, para siempre, al lugar de donde salí hace casi 30 años.
Y más allá de la tristeza de los que ya no están, renace la esperanza de una nueva generación que nos acompaña y siento que estoy en paz.
A vos, el de las buenas pero fundamentalmente de las malas, siempre te extrañaré.