sábado, 14 de febrero de 2015

Ras-ras-ras-ras ( Carlos Ares-Periodista)

Este es un párrafo de un comentario de Carlos Ares, Periodista, publicado hoy 14 de febrero de 2015 en Diario Perfil.
"Ras-ras-ras-ras, un lento, acompasado, ras-ras-ras-ras, eso es todo lo que se oye. Años 90, en la feudal Catamarca, la monja Martha Pelloni y los padres de María Soledad Morales, la adolescente violada, asesinada y arrojada  a un lado del camino, inician las llamadas "marchas del silencio". ¿Cuanta soledad, María!. Los cuerpos se replicaron como fantasmas implacables en las sombras de la noche. El roce de las sandalias, de las zapatillas sobre el asfalto, debía sonar aterrador para los asesinos , los Luque, los hijos del poder, la dinastía de los Saadi. Ras-ras-ras-ras.
Nada, hasta entonces, parecía tocarlos. Ni las denuncias, ni los insultos, ni los reclamos, ni los gritos. Pero nunca habían escuchado semejante silencio.
Era atronador, insoportable. Intentaron comprar voluntades, pagaron a periodistas para escribir un "relato". Menen les mandó al subcomisario Patti con la intención de fraguar la prueba y, por último, ya en el juicio oral, la televisión comprobó en directo que dos de los tres miembros del tribunal eran cómplices. Ras-ras-ras-ras,noche tras noche, marcha tras marcha.
El silencio, callado, dejó oir la voz de la conciencia.
Y la conciencia puso a parir la historia.
El 30 de abril  de 1977, haya ya casi 38 años, catorce madres a las que "grupos de tareas" de las Fuerzas Armadas les había secuestrado sus hijos se reunieron en la Plaza de Mayo para hacer visible su reclamo a l a dictadura.
Seguía vigente el "Estado de Sitio" y la Polícia impedía  que mas de tres personas permanecieran juntas. Las hacían "circular".
Fue por ese motivo que las Madres iniciaron la larga marcha alrededor de la pirámide en el centro de la plaza.
Caminaban.Ras-ras-ras-ras
Eran, según los amanuences cronistas de la época, "las locas de la Plaza".
Ras-ras-ras-ras
Cada jueves , y al siguiente.
El silencio llamaba la atención  de los corresponsales extranjeros y llegó a oídos de Videla. Las madres líderes de la convocatoria, "marcadas" por los servicios de inteligencia, fueron secuestradas. Pero las marchas de los jueves ya eran imparables.
El Ras-ras-ras-ras roía las verjas, las "parrillas" de la tortura, los "pozos" , los campos de concentración en todo el país.
El silencio , callado dejaba oir la voz de la conciencia.
Y la conciencia puso a parir la historia".