martes, 30 de marzo de 2010

¿Estará dispuesta la Nación a renunciar a 23.546 millones del Impuesto al Cheque en un año electoral?

La ex legisladora Nacional María de los Angeles Petit, dirigente del Peronismo Federal se refirió así a las declaraciones surgidas de la reunión que la Presidente Kirchner mantuvo con los gobernadores afines al gobierno en los que se trató el tema de los fondos que debieran recibir las provincias y que se mantienen en la órbita del gobierno nacional.
Petit hizo historia y destacó que “…El Impuesto al Cheque fue producto de una tercera ola de avance sobre los fondos provinciales que surge en agosto de 2001, incluido en la llamada Ley de Competitividad de Domingo Cavallo. Básicamente consiste en un impuesto fijado por el Poder Ejecutivo Nacional de un seis por mil a aplicar sobre los créditos y débitos en cuenta corriente bancaria, estando a cargo de los titulares de las cuentas respectivas y actuando las entidades financieras como agentes de liquidación y percepción. El impuesto se devenga al efectuarse los créditos y débitos en la respectiva cuenta corriente. La misma norma estableció excepciones como el Estado (nacional, provincial, municipal y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires) así como también sus respectivas reparticiones, las misiones diplomáticas, las entidades reconocidas como exentas por la Dirección General Impositiva de la Administración Federal de Ingresos Públicos, los débitos que correspondan a los haberes, jubilaciones o pensiones que se acrediten directamente por vía bancaria.
“…El objetivo según la ley era la conformación de un Fondo de Emergencia Pública administrada por el Poder Ejecutivo nacional con destino a la preservación del crédito público y a la recuperación de la competitividad de la economía otorgándole preferencia a la actividad de las pequeñas y medianas empresas. Como varios de los tributos que surgieron como "excepción", se convirtió luego en un clásico que se mantuvo año tras año hasta la actualidad. En su primera etapa la Nación se quedaba con la totalidad de la recaudación, pero durante la administración de Eduardo Duhalde, un 30 por ciento fue cedido para coparticipar con las provincias, aunque en la práctica sólo reciben un 15 %, ya que el 15 restante ciento se destina a la seguridad social. Su manejo discrecional lo ha convertido en parte de la “caja" que arbitrariamente utiliza el Gobierno Nacional.
“…Las provincias calculan que por las características de la coparticipación original, resignaron a la Nación unos 43.000 millones de pesos entre 2001 y 2009, período que lleva la segunda etapa de este impuesto que había tenido un primer capítulo en 1976. Por su recaudación es el cuarto mayor tributo nacional. El Presupuesto Nacional prevé para el año 2010 una recaudación de 23.546,7 millones de pesos, unos 6.000 millones de dólares al cambio actual, registrando un alza de 12,7% con respecto al 2009, que reflejará la variación económica.
“…El proyecto que obtuvo dictamen exprés en las Comisiones de Presupuesto Hacienda, Economía y Coparticipación del Senado y que espera su tratamiento, cambia las reglas de distribución del impuesto: 42,34% a la Nación, 54,66% al conjunto de provincias adheridas, un 2 por ciento en forma automática para el recupero del nivel relativo de Buenos Aires, Chubut, Neuquén y Santa Cruz y un 1 por ciento para aportes del Tesoro Nacional. Se estima que luego de la reforma las provincias sumarán a sus arcas entre 9.200 y 10.300 millones de pesos adicionales que les permitirán cubrir dos tercios de los 15.000 millones de pesos que tendrán de rojo fiscal durante este año….”
La ex legisladora nacional, expresa que “… Ante la posibilidad de esa reforma y la necesidad de vetar la norma, la Presidente sorprende con la idea de derogar el Impuesto, hecho positivo en sí, de acuerdo a la importancia que tiene en el sistema tributario nacional y considerando que esta norma surge como excepción en tiempos de crisis y que de acuerdo a ello, el objetivo original era ir reduciéndolo gradualmente hasta su desaparición o reformularlo direccionándolo sobre específicos sectores con gran capacidad financiera. Pero la duda es de si realmente lo hará, si renunciará a 23.546 millones anuales para evitar su coparticipación y si esa decisión se mantendrá o será cubierta por algún otro impuesto distorsivo continuando con la misma estrategia utilizada para el uso de reservas. Es decir, cambiar la cáscara pero no el fondo de la cuestión…”.
Petit recalca que “…en tiempos de agitación política y económica, nada mejor que grandes anuncios, creación de comisiones y aplicación de otras variables que atenúen la discusión. El gobierno nacional hasta hace pocas horas sostenía que si había una reforma de ese tipo, no podría seguir con la implementación de sus programas sociales y de obras públicas. ¿Que cambió? Con la gran desconfianza que plantea Cristina Kirchner en cada uno de sus anuncios, sería lógico pensar que se trata de otro artilugio para continuar “cambiando para que nada cambie”, sobre todo tratándose de fondos que utiliza como parte de su campaña de adoctrinamiento y sumisión a los gobernadores con vistas al 2011…”
“…La derogación del Impuesto al Cheque sería una medida apoyada especialmente por los pequeños y medianos empresarios que a diario ven como sus recursos se ven disminuidos por una medida que en principio fue temporal. La pregunta es si lo hará realmente o la cambiará por otra que implique seguir manteniendo su liderazgo económico ya que el político comenzó a esfumarse hace mucho tiempo…”, finalizó.

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